miércoles, 15 de agosto de 2012

Quizás, para siempre

Y es mi cabeza, la primer extremidad de mi cuerpo la que no deja de pensar. Estoy enferma de dolor.
Increíblemente ella decide no pensarte, aunque no lo logra. Esta nueva batalla de introspección entre mi corazón y mi mente me complejiza, me exaspera, me transforma en lo que nunca conociste de mi.
Y a veces creo que te odio, y luego te amo.
Creo que la estructura que cayó sobre tu cabeza golpeó mucho mas fuerte a tu corazón, y lo volvió insensible.
Ojalá vivas en ese sueño de rencor toda tu vida, porque el momento de despertar puede ser muy duro. En ese momento te vas a dar cuenta que esas manos no son las mías, y que esos besos que ahora das son solo los deseos de volver a morder mi boca.
Ojalá eso no te pase, porque el sueño puede ser realidad, o la realidad puede ser sueño.
Y si necesitas seguir durmiendo, voy a darte tus besos en cada párpado y luego apagaré la luz.
Quizás, para siempre.


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