viernes, 28 de septiembre de 2012

Mutilando mis nudillos

Mientras iba quemando, rozando, maltratando, mutilando mis nudillos contra las paredes de la calle Alvear entendí que es mi corazón el que no deja que mi estómago se alimente.
Afirmación que ya intuía, pero no sentía. Fue necesario escuchar el estruendo en mi estómago para percatarme de esta situación.
Esta caja con válvulas, cansada de ser herida se come todo lo que entra por mi cuerpo. Nada, pero nada, llega a mi estómago.
Como siempre, existe una puja grande con mi cerebro. Pero siempre termina ganando el señor que late y late. Siempre.
Pobre, se conforma con tan poco... vive mendigando cariño. Se siente como un perro de la calle acariciado después de noches enteras de soledad.
De vez en cuando se siente pleno. Solo le pasa con ella, pero el tonto, desgraciado, abandonado y malherido se come sus deseos e imagina una vida a su lado. ¡Tonto, tonto! le grita mi cerebro. ¡¡Date cuenta que el amor no existe!!
A él muy poco le importa lo que le diga la masa encefálica. El cree en el amor y por eso se come todo lo que entra a mi estómago. Noches de amargura y desamor, noches de encuentros y desencuentros. Días y noches.
Y yo, pedazo de carne, porque no soy ni mi cerebro, ni mi corazón, ni mi estómago. Lloro noches enteras viéndome desaparecer. Tocando mis huesos, llorando del dolor que me produce el roce de la ropa holgada, los choques contra las paredes frías, las sillas de madera, el pasto del parque, los novios, los enamorados, los no tanto, los chicos, las chicas, el día, la noche, la lluvia y el viejito que me acunaba de niña que ya no existe.


martes, 25 de septiembre de 2012

Rulos y telas

A la chica de rulos las alturas no la asustaban, le generaban un no se que...
Ella creía que era el dolor de las telas entre su cuerpo lo que más le generaba placer.
Subir y subir, y desde lo alto mirar el vacío y pensar...si caigo desdé acá, me mato.
La chica de rulos es así, se atreve a las aventuras. No le tiene miedo a lo que vendrá.
Sentir ese vacío en su estómago, ese cosquilleo, esa adrenalina era para ella como volar. Dejar que sus ideas suban por sus hermosos rulos y algunas otras se caigan al más allá.

Y cuando las telas arden por su cuerpo y pasan dejando huellas que el tiempo borrará, ella recuerda en silencio algo que no quiere olvidar.
Sus manos sudan delirios, ella si sabe como maniobrar. Se agarra muy fuerte dejando estelas de su movimiento casi celestial.
Se columpia sonriente la chica de rulos.Anonadados todos la ven balancearse por lo alto de aquel lugar.
A la chica de rulos muy poco le importa, total ella sabe lo que se siente volar.

martes, 18 de septiembre de 2012

YO, su marioneta

Como todos dicen ella maneja cada una de las cuerdas de este títere.
Lo que muy pocos saben es que yo fui quien se convirtió en una muñeca de madera y dejó crecer su nariz como la de Pinocho por decir un par de mentiras.
Ella fue mi hada madrina en los momentos más tristes de mi vida y me devolvió el corazón.
Ella con sus tijeras de amor cortó cada una de las cuerdas y cambió por besos las ataduras. Gracias a ella, poco a poco me convertí en un ser de carne y hueso.
Hoy siendo una mujer real, volví a atar esas cuerdas con mis propias manos para animarme a sentir y dejar que todo nazca del corazón que ella me devolvió. YO decido que ella maneje mis movimientos. Mi cuerpo se mueve a su antojo y recorre el suyo con ansias.
Ella más que ningún ser en esta tierra sabe como controlar mi cuerpo. No solo a él controla, sino también a  mi corazón y a cada uno de mis sentidos.
Amo ser su marioneta. Me gusta saber que ella tiene mi vida en sus manos, si en fin, ella fue quien me devolvió la vida.

martes, 11 de septiembre de 2012

Emprender el viaje

Hoy le pedí que elija dos cosas para emprender el viaje. Conociéndola presentí que era lo que iba a llevar. Tomó el libro de Galeano y el mate. Yo llevé gomitas de colores, que se que le gustan mucho, y un mp3 con temas de Charly, Fito y el Flaco. Solo eso íbamos a necesitar.
Cerramos los ojos, nos tomamos de las manos y comenzamos a trasladarnos.
La primer parada fue en su espalda. Las gomitas de colores desprendieron todo su sabor por los miles de lunares que adornan su columna vertebral. Cuan firme que se percibe toda su estructura. Da placer contemplarla en un día color sepia.
Apretó fuerte mi mano y comprendí que quería seguir el viaje. Decidió pasar ahora por mi espalda, completamente suya hace tiempo. No se por qué pero creo que ese era su lugar favorito después de mi boca. Puso un tema de Charly y saltó fuerte sobre mi octava vertebra y me dejó sin aire. Después de recuperarme y volver a respirar con normalidad, cerré sus ojos con mis manos y llegamos en instantes a su estómago. Era mi turno de divertirme. Tomé el libro de Galeano, y como si fuese posible que en su vientre se encuentre el fruto de nuestro amor, le conté despacito y en susurros una historia sobre el origen del sol. Pude sentir que pateaba. No fue uno más de mis delirios. Creo que ahí estaba nuestro amor a la novena potencia.
Nos miramos anonadadas, sonreímos, bailamos, fuimos libres y lloramos. Lloramos de felicidad, después de tantos meses de tristeza.
Luego de eso, me dijo quedate quieta y se posó sobre mi pecho. Mi corazón latía con más fuerza que nunca. Era totalmente cierta su analogía al compararlo con el de un elefante. Tan grande era su tamaño que no cabía en mi pecho. Así que viajamos directamente a mi ventrículo derecho.
A pesar de los golpes de los últimos meses se veía bastante bien. La sangre brotaba con fuerza y sabía a frutilla. Nos bañamos ahí, nadamos encantadas. La sangre tibia parecía abrazarnos.
Al salir de ahí, la miré a los ojos y tuve que decirle que el viaje terminaba. Me miró con tristeza, se prendió a mis párpados y besó mi boca. Sentí el vacío. Tomé la música, la guarde en mi alma y partí. Le dije adiós, hasta el próximo viaje, yo te espero en la estación donde esa vez por primera vez te vi.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Cartas en sepia III (amar puede ser difícil)

Es raro esto, no imaginé escribirte una carta de agradecimiento. Pero de eso también se trata saber amar. De crecer y de saber que cuando las cosas terminan, aunque sean en contra de nuestra voluntad, lo mejor es pensar en lo bueno que tu amor me dio. Muchas de estas cosas ya las sabés. Te las he dicho varias veces. Pero junto a vos crecí, disfruté de lo más puro y real del amor.
Las cosas más simples parecieron fascinantes.
No quiero que esta carta parezca una carta de superación, porque lejos estoy de eso. Te sigo esperando cada noche, a cada momento. Simplemente es que llegó el momento de bajar, poner los pies en la tierra y auto convencerse de que por más que el amor esté ahí, exista y no sea un espejismo en el desierto, las cosas no siempre son como uno quiere, y las personas nos equivocamos, porque amar, puede ser difícil.
Hoy necesito alejarme del mundo, y construir de nuevo, y esta vez sola, la torre que se derrumbó para ambas. Necesito crecer otra vez, pero desde otro punto. No se trata solo de crecer, se trate de creer nuevamente. De llenar el vacío que dejaste con cosas nuevas. No hablo de un nuevo amor, lejos estoy de pensar en alguien más. Me cuesta hasta pensar en mi, mucho menos pensar que alguien pueda intentar ocupar tu lugar.
Así que acá estoy, poniendo ladrillo por ladrillo. Muchas veces vuelven a caer, pero estoy poniendo todo de mi para levantarlos. Aunque a veces digo basta, esta construcción tiene que ser fuerte.
Deseo, de todo corazón que la vida me sorprenda. Ya no espero nada, aunque quizás conservo una leve ilusión, no te voy a mentir.
En fin, gracias por ser única para mi, por estar siempre al pie del cañón, por bancar mi locura un millón de veces, por explotar y volver a armarte solo para mi. Gracias!
Todas las personas pasan por nuestras vidas para algo, y por algo. Sos el amor de mi vida, y sin dudas llegaste a la mía para cambiarla. El tiempo me dirá los por que de este momento de dolor. Porque toda la vida se compone de preguntas y respuestas, a veces hay que aprender a encontrarlas.
Quizás todo se resuma en el circulo de tu mano, o quizás haya una pequeña hendija por la cual yo tenga que salir.
Como siempre dijiste, si tiene que ser será.


viernes, 7 de septiembre de 2012

Un ancla de chocolate y un camarón

La flaca de rulos caminaba radiante mirando por primera vez el Monumento a la Bandera. Sus ojos estaban tristes, porque pensó que un unicornio iba a caminar por la plataforma de la gran nave.
Su mente vibraba tantas imágenes que le era imposible pensar en otra cosa que no fuese en un arco iris de 12 colores inventado por sus ojos color miel.
Subió a lo alto de semejante grandeza para divisar el río Paraná. Si bien su congoja seguía inmutable, de a poco la brisa fue llenando aquel espacio vacío de cuentos de hadas, de príncipes y princesas.
El olor a humedad engrandecía sus pulmones y el sol primaveral hacía relucir sus pestañas castañas.
De a poco la felicidad brotaba por su pecho.
Bajó con aires de grandeza, suspiró intensamente al pisar la escalinata interminable y sintió que el día comenzaba a ser perfecto. Error, iba a ser mucho más que eso.
Ahí, sentado en un sombrío banco estaba él, el causante de su tristeza. Aquel hombre que pensó no volver a ver por el resto de su vida.
Atormentada, sin poder si quiera respirar, temblando de dolor, o quizás de nerviosismo, quedó inmutable a tan solo 20 pasos del flaco de jeans rotos y zapatillas gastadas.
Él, sorprendido de la presencia de quien creía ausente, tiró con todas sus fuerzas el ancla de chocolate que guardaba en su bolsillo derecho y con una precisión envidiable enganchó los labios de la pobre mujer. La arrastró esos 20 pasos por el parque y la acercó a su boca. No le importó lamer la sangre que brotaba de la herida de su labio inferior. Tantas veces y en silencio pensaron ambos este momento. Tantos recuerdos llegaron a esos cuerpos, que la fusión fue instantánea. No hubo broncas, ni tristezas. Se amaban, sin duda alguna, se amaban.
La distancia fue solo un recuerdo, y las palabras, de aquel muchacho, "el muy madurito", según ella, fueron efímeras. Ya no importó el porque de su viaje, ya no importó que haya sido ella el porque.

Dedicado a mi amiga cibernética Rocio M. Gracias por alimentar mi creatividad

jueves, 6 de septiembre de 2012

Love of my life



No se porque, pero hoy canté esta canción sin pensar demasiado en la letra... Y al escucharla dije, exacto, eso es lo que siento.
Miles de canciones podrían definir mi amor por ella, miles de palabras, miles de momentos, pero sintetizo esto en dos: Te amo



Este es el primer video que publico, es un buen recurso, seguramente vendrán más.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Muero

Recorre el vacío mi cuerpo que pasa del tuyo al mio.
La lágrima eterna, furiosa de vernos, recorre la almohada.

Noctámbula espero que la fiebre salga por el balcón y libere tu alma.
Noche. Misteriosa la noche, que me aleja y me acerca, que me arma y desarma.
Y vos, yaciente de fiebre decís las palabras intocables.

Y grito, en silencio, despacio, para no ofuscarte.
Grito a los astros azules, a la galaxia lejana, al cielo y a la tierra.
Inhalar se hace preciso, y exhalar es toda una experiencia nueva.

Las notas invaden mi cuerpo cansado, y ese tema soñado me aturde.
Me desplomo a tu lado, y otra vez, como tantas noches, muero.

Y muero, para no renacer, para quedarme ahí, para olvidarme de todo.
Enterrame mi amor, prefiero morir esta noche a despertarme de nuevo.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Sentir no es un juego

Quizás tenga mi estómago el tamaño de una nuez.
Quizás el viento me sople y me lleve lejos.
Quizás el deseo me hunda a la muerte.
Quizás ya no pueda verme al espejo.

Quizás el cielo ya no sea celeste,
Quizás el sol ya no brille de nuevo.
Quizás mi risa ya no sea la misma,
Quizás ya no tengo los pies en el suelo.

Quizás, no lo sé. Quizás, vos tampoco.
Quizás ya no exista. Quizás no lo noto.
Quizás el consuelo, el SI, mi deseo.
Quizás ni lo notes, sentir no es un juego.