Recorre el vacío mi cuerpo que pasa del tuyo al mio.
La lágrima eterna, furiosa de vernos, recorre la almohada.
Noctámbula espero que la fiebre salga por el balcón y libere tu alma.
Noche. Misteriosa la noche, que me aleja y me acerca, que me arma y desarma.
Y vos, yaciente de fiebre decís las palabras intocables.
Y grito, en silencio, despacio, para no ofuscarte.
Grito a los astros azules, a la galaxia lejana, al cielo y a la tierra.
Inhalar se hace preciso, y exhalar es toda una experiencia nueva.
Las notas invaden mi cuerpo cansado, y ese tema soñado me aturde.
Me desplomo a tu lado, y otra vez, como tantas noches, muero.
Y muero, para no renacer, para quedarme ahí, para olvidarme de todo.
Enterrame mi amor, prefiero morir esta noche a despertarme de nuevo.
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