sábado, 18 de agosto de 2012

Cartas en sepia I

Soñé con vos. Me desperté llorando porque eso no era realidad y me puse a pensar en la pelea que desencadenó el final. Y lloré más aún porque no solo te di la razón, sino que me puse en tu lugar y sentí la puñalada por la espalda.
Que egoísta que fui. Entiendo que no puedas mirarme a la cara. Tampoco merezco que lo hagas.
También descubrí que tu amor por mi fue más fuerte de lo que yo pensaba. Si no hubiese sido por amor jamás me hubieses regalado ese último cíclope, y ese último beso la noche de la despedida.
Merezco cada una de las trece noches de dolor y todas las noches que van a seguir a esta; merezco ese llanto que me desarma; merezco este estómago cerrado. Merezco cada uno de los instantes en que te pienso.
Merezco todo eso, pero a pesar de todo, simplemente te amo, así de imperfecta, así de egoísta, te amo.

P/D: soñé que te daba explicaciones absurdas, y así, como la noche en que nos vimos por primera vez, tapaste mis palabras con un beso y dijiste te amo.

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