Mirando al balcón te dije ese poema imitando la voz de Alejandra. Como te gustaba, o que bien que mentías.
Te acordás como la luna ilumina tu cortina y nos hacía ver en sepia?
Que lindo era mirarte como en una foto antigua.
Hoy intento transcribir ese poema en mi cabeza, lo cual no es posible porque nunca lo anoté, pero la idea quedó en algún lugar de mi inconsciente. Ojalá algún día lo veas y lo leas con mi voz de Alejandra.
Rueda por tu mejilla esa gota, esa gota que llega a tu estómago y que juega en tu ombligo.
La tomo entre mis manos, la acaricio despacio y la vuelvo a colocar en tus ojos.
Rueda esa gota por tu mejilla y se desliza hasta tu boca. La tomo con mi lengua y jugamos con la gota.
La gota ya no es gota, tomó un gusto dulce, dulce el sabor de tu boca, esa boca que juega con la mía, esa boca que transforma gotas.
Esta es una primera idea, voy a trabajar en esto, aunque la prosa me queda grande
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