A la chica de rulos las alturas no la asustaban, le generaban un no se que...
Ella creía que era el dolor de las telas entre su cuerpo lo que más le generaba placer.
Subir y subir, y desde lo alto mirar el vacío y pensar...si caigo desdé acá, me mato.
La chica de rulos es así, se atreve a las aventuras. No le tiene miedo a lo que vendrá.
Sentir ese vacío en su estómago, ese cosquilleo, esa adrenalina era para ella como volar. Dejar que sus ideas suban por sus hermosos rulos y algunas otras se caigan al más allá.
Y cuando las telas arden por su cuerpo y pasan dejando huellas que el tiempo borrará, ella recuerda en silencio algo que no quiere olvidar.
Sus manos sudan delirios, ella si sabe como maniobrar. Se agarra muy fuerte dejando estelas de su movimiento casi celestial.
Se columpia sonriente la chica de rulos.Anonadados todos la ven balancearse por lo alto de aquel lugar.
A la chica de rulos muy poco le importa, total ella sabe lo que se siente volar.
3 comentarios:
Es hermoso hacer tela, y si, se siente como volar, pero mientras te hacen una quemadura india en los pies. Pero no te importa, es un dolor soportable, y lo vale por estar colgada. Me gusto Micaela. :) Tenes un mambo en la cabeza vos, pero me gusto.
Es que,
volar no es para cualquiera.
A veces quema, si,
pero
no es para cualquiera,
volar.
Importa ser feliz, haciendo tela, o como tu libertad te dicte.
Un saludo.
Publicar un comentario