lunes, 15 de octubre de 2012

yo me quedo en tu balcón

Y si estoy en tu balcón y veo como la luna se refleja en tu rostro es porque algo pasa.
Y no puedo, perdón, pero no puedo aliviar la carga.
Y si te digo que las cosas van a estar mejor, no te estoy mintiendo, solo te oculto que todo puede ser más triste.
Me gustaría animarme y saltar de una buena vez. Atarme para desatarme luego y sentir como me acerco al suelo.
Y no me tiro porque algo me ata, me quema, me asfixia, me conoce. Me conoce demasiado. 
No puedo evitar seguir sintiéndome ajena. No pertenezco a ningún lado. Creo que me quedé en tu balcón. Y no fue hace días, fue hace siglos atrás. Cuando la noche nos besaba el estómago.
No creo que te des cuenta.
Aunque te parezca ingenua, aniñada, suave, tierna y delicada, en mi vive ese monstruo que puede amordazarte. Romperte el alma, hacer que sangres y te armes nuevamente. Ese monstruo de cinco cabezas que te hace el amor como nadie, y pierde lo aniñado, lo suave y delicado.
Soy ese animal salvaje, soy la pobre entristecida, soy todo lo que quieras, y me reivindico constantemente, porque es lo único que me queda.
Y así lo triste, lo que te oculto, reaparece, se hace sangre y brota por mis poros. No encuentro la manera de taparlos. No es sudor, es llanto, es anhelo de no se que...es sentirte tan cerca, no sabés cuanto. Es creerte todo y volar en deseos. Es carne al rojo vivo, es tan simple como mirar al cielo.

2 comentarios:

X dijo...

Muy evocador, le veo varias interpretaciones y no arriesgaría decir que lo he entendido del todo. Pero me ha gustado lo transmitido. :-)

atlantis2050.blogspot.com

Micaela dijo...

Ni yo que lo he escrito me arriesgo a decir que lo entiendo del todo señor. Gracias por volver a pasar ;)