Y a fin de año cuando pensé que nada me iba a sorprender todo cambió. Y volví a sentir ese cosquilleo en mi cuerpo al recordar la noche en que sentí paz, la noche en que me animé a ser yo, a recorrer tu cuerpo, a tocar tu piel como si te conociera de toda la vida.
Y aunque ahora comience un nuevo año mi alma quedó en stand by en esa noche, colgada en vos, en tu boca y en la música que rodeaba a mi habitación.
Tal vez no está sola, y la suerte la encuentre junto a la tuya, ahí, en esa habitación blanca, solitaria y abandonada, carente de nosotras y de todo lo mágico que tiene tu cuerpo.
Quizá despierte el día en que todo vuelva a ocurrir y vuelva a besar tu boca, o cuando me mires profundamete y descubras en mis ojos todo lo que siento...