domingo, 27 de diciembre de 2009

"No lo voy a hacer más"

No se si fue en la cuarta o quinta cerveza que perdí el control, pero la música sonaba y relajaba cada una de mis moléculas.
Salude a extraños conocidos que hace mucho que no veía, prendí un cigarrillo tras otro hasta quedar con mis pulmones secos.
Camino a casa mi cuerpo pedía basta, el sol quemaba mi cara y mis ojos rojos querían dormir.
Al llegar, sin llave, tuve que golpear la puerta y poner mi mejor cara, decir dos palabras de cortesía y disimulando meterme entre las sábanas.
Increíblemente me dormí, pensé que iba a tener que sobornar a mi estómago, pero se comportó.
Y ahí cuando pensé,la noche culminó, despierto mareada sin poder dejar de repetir la palabra Jamming.Palabra que se originó en una burda charla con alguno de estos extraños conocidos. Se formó un circulo vicioso entre esa palabra y mis ganas de que el mundo deje de girar, y la única solución fue poner mi cable a tierra. Bajar el pie derecho al frío suelo fue lo mejor que hice en todo el día pensé. Y así, en esa lucha constante entre estómago, cabeza y yo fue como logré dormir plácidamente después de una vana promesa de "no lo voy a hacer más"

3 comentarios:

Nada más importa dijo...

Parece que de alguna manera hubieras descripto una de mis noches, esas en las que tambien pienso "no lo voy a hacer mas"...


Besos

Nada más importa dijo...

Asi es mi querida amiga. De eso se trata esto de escribir en mi blog y el hecho de ir conociendo otros, como por ejemplo el tuyo...
De compartir cosas, palabras, pensamientos, desahogos y hasta un simple hola leido atravez de un frio monitor...
Es que a veces no tengo nada de eso, y solo dio sabe cuanto lo necesito...
POr eso escribo todo lo que escribo, porque incansablemente lo necesito!
Gracias por pasar amiga y si, yo tambien siento que coincidimos en lo que escribimos...


Besos!

no soy Amanda dijo...

esta claro que cuando decimos no lo voy a hacer mas, lo decimos para seguir haciendolo, con la diferencia de que a partir de ese momento vamos a sufrir más al hacerlo ya que el sentimiento de culpa se redobla y el circulo vicioso se hace infinito y el dolor se hace más punzante, y las voces de la conciencia nos hablan más rápido y cada vez más superpuestas entre sí y el pájaro carpintero te machaca el cerebro desde el mismísimo instante en que te levantas, ya llena, atorada, acalorada de culpas..
No hace falta ser tan diplomático con uno mismo, y menos con los demás..de a ratos, hay que arrancarse la cabeza...y ya.
Bueno, por lo menos asi lo veo yo..