El tiempo, aire renovador, me hacen elegirte entre todas.
Me ha mostrado otros cuerpos, otras maneras de amar.
Probé sabores dulces que en su esencia eran totalmente amargos.
Nadie, nada, me ha dado la simplicidad que daban tus ojos.
Pasa el tiempo y nuestra imagen en un bar de mesitas de madera se repite.
Y leo perfectamente, con la misma claridad lo que dicen tus ojos.
Hoy no somos esas personas, pero vos seguís siendo ese punto sobre la línea.
Siempre fuiste eso. Algo simple y trascendental.
Un punto que pone fin, un punto con decisión.
Y quizás si, nunca pude, mientras te tuve, estar sobre la linea.
Hoy no tengo dudas que podría estar en ella.
No tengo dudas que seríamos dos puntos.
Dos puntos cuasi suspensivos escribiendo un nuevo principio, y esta vez, sin punto final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario