martes, 5 de junio de 2012

El último te amo


La sangre putrefacta que brotaba de mis venas era lo más extraño y lo más hermoso que vi ese día, el último día de mi vida repleta de espacios vacios, de sueños frustrados, de amores pasados.
Y ella, quien rompió mi anhelo de ser alguien, quien comió de mi carne nauseabunda, hoy  dormía impávida en mi vientre muriéndose por mí, y yo por ella.
Tantas veces había cortado mis venas en su presencia sin que si quiera lo notara, que hoy mientras miraba su cuerpo blanco pensé que podría notar la mancha de sangre que rodeaban las sábanas.
Tan normal era sentirme muerta a su lado que esa noche cortarme las venas fue lo más sencillo que hice en años.
Lo último que pensé fue come se verían sus ojos colorados al verme yaciente en su cama, la cama que tantas veces nos vio comernos como caníbales, mordernos hasta sangrar, lamernos la sangre impura después de horas de amarnos con locura.
Mi muerte cobro sentido, al sentir que sus ojos despertaban  y con la ultima fuerza que nacía de mi estómago y recorría mi garganta le suspiré un inquietante te amo, quizás el único sincero que ella había escuchado.

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