Te hablaba de una lágrima viajera que se trasladaba por tu cuerpo.
Hoy pienso que en ese mismo lugar donde te enamoraba mi poesía barata alguien más está diciendo lo que yo no supe decir.
Me duele. Si, sigue doliendo. Pero se que crecimos y que el amor se convirtió en otra cosa y que no hay nada que pueda destruir el recuerdo. No existe otra boca, otro cuerpo que borre lo sucedido. Serán recuerdos unidos a otros miles, pero ahí están, formando mi historia y la tuya. Un cuento con un final triste. Donde el amor no triunfa y donde hay gente malvada esperando que a la protagonista desdichada se la coma su propia mente, sus propios pensamientos ridículos.
Quisiera sentir felicidad plena por tu alegría, porque el amor te acompaña, pero aunque lo intento no puedo dejar de pensar que fui yo misma que te arrebato de mi cuento, de mi final feliz, de mi colorín colorado
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