
Camino y la calle me absorbe, me raspa las piernas, me desgasta.
Me convierto en asfalto.
La gente me pisa y nadie se detiene a verme.
Soy tierra acumulada a a orilla del cordón maltratado por los peatones descontrolados, heridos por el tiempo.
Soy calle, soy tierra, soy sostén del mundo, pero no soy nada