miércoles, 29 de agosto de 2012

Ataques de epilepsia

Este blog se está convirtiendo sin dudas en una sesión de terapia gratuita.
Me parece que lo más factible es que deje de hacer psicoanálisis. Por lo menos escribiendo acá no sale plata de mis bolsillos.
Ayer conté en Cartas en sepia III sobre mis desmayos imaginarios en Oroño. Dudo que alguien lo haya leído, pero en fin...
Anoche, como una respuesta al inconsciente, soné con la epilepsia.
Este tema me toca muy en lo personal. Alguien que quiero mucho lo vive todos los días. No existe un día en su vida en que no sepa lo que es un ataque de epilepsia.
Esta mañana, desperté y recordé lo que había soñado. Muy pocas veces me pasa eso.
Estaba en una terraza, mirando la nada y vi como un perro saltaba desde otro edificio para salvarme de un ataque de epilepsia. Y es así como descubrí que mis desmayos en Oroño no son eso. Es la epilepsia que no me deja vivir o que por primera vez me permite hacerlo de otra manera, todavía no lo defino.
La cabeza es como un micro chip, todo está conectado con todo. Y cuando algo de eso falla, chau. Ataques de epilepsia. Pequeños vacíos que congelan tu mente y la ponen en blanco. No existe parte de tu cuerpo que coordiné y así, pum, de la nada al piso.
Sin dudas estoy en un momento de esos. Nunca creí que esta enfermedad que tanto aborrezco me iba a poner a pensar tanto.
Quizá este pasando por el ataque más grande de mi vida, o el momento más difícil, pero cuánto crecimiento constante que vivo.
Volví a sentirme interesante. Escribo casi todos los días. Me encuentro teniendo vacíos fugaces pensando en tantas cosas que creí perdidas.
Mi mente viaje en libros, autores, poetas, escritores, trovadores, pinturas, artistas, acordes, canciones.
Volví a sentir deseo por la pintura. Imagino infinitos cuadros colgados de un hilo. Deliro más que nuca.
Estoy volviendo a vivir, o mi otro yo recordó los ataques de epilepsia.

lunes, 27 de agosto de 2012

Cartas en sepia III

Siempre creí que en otra vida fui débil. Y que oroño era el lugar donde me desmayaba constantemente...
El último día en que sentí que te podía recuperar imaginé desmayarme, como casi siempre cuando camino por ahí.
Por eso la explicación de mi rechazo a caminar por el bulevar que todos aman.
Hoy ya no imagino eso, ya te imagino con otra. Feliz. Aunque a veces pensas en mi. Lo siento.
Te juro que ya no me importa nada. Duele saber que hoy son otros los brazos que te abrazan pero me adapto a la idea de encontrarte con esa otra que robó lo que yo tanto quería.
Quien realmente ama, deja partir. Yo te dejo.
Ya no tenés que cargar con mis celos enfermizos, mis planteos que tanto te jodian. Sacate la mochila que te queda grande...
Es raro, pero hoy me imagino feliz sin vos, al menos intento convenserme de eso. Siempre me hiciste sentir culpable. Creo que era tu poder.
No se si alguna vez viste esas cartas japonesas de esos extraños animalitos con habilidades.
La tuya diría algo como:
Capacidad para hacer sentir culpable a los demás: 246165212659564.
Habilidad: ser perfecta  a los ojos del amor.
Defecto: no poder perdonar.
Amuleto salvador: corazón de piedra.
Y así como en una serie japonesa, yo soy siempre el bichito de los villanos, el que siempre pierde y termina volando por los aires.
Mi carta tiene pocas habilidades. Este juego del amor ya no me gusta. YO NO JUEGO MÁS.

lunes, 20 de agosto de 2012

Cartas en sepia II

No lo puedo evitar, sigo llorando todos los días. Escucho Just Breathe y la pena brota desde lo más profundo de mi estómago para largar en llanto.
Y te imagino a vos, en tu balcón, fumando un pucho mentolado, mirando la gente pasar, pensando en olvidarme, sacarme de tu mente. Quizás ruede por tu cara una lágrima, realmente no lo sé, no te puedo ver.
Me cuesta mucho imaginarte, creo que mi dolor es único e incomparable. Soy egoísta.
Hoy temprano salí a caminar, el viento me pegaba fuerte en la cara y te juro, tuve deseo de que me lleve lejos, que me robé el alma, que se la regale al sol, que la tire donde quiera.
Cada día que pasa mis esperanzas de volver a verte pierden fuerzas, siento que nada te va a traer de regreso, que mis deseos de escuchar tu voz nuevamente se van a quedar en mi pecho para siempre.
Hoy tengo miedo. Tengo miedo que olvides mi boca, mis manos en tu cuerpo, la forma perfecta en que tu figura encaja con la mía. Realmente lo temo.
Ojalá que tu nombre no olvide mi nombre y me llames a gritos. Y que no digas mi nombre, si no la esencia de lo que el representa, que veas en mi a la persona que te ama. Que me veas a mi. A la que realmente soy, a la que vos sabés que existe aunque hoy te cueste divisarlo.
Te dejo un beso en cada párpado, como se que te gusta. Me voy a tomar ese colectivo que me devuelve a la tierra que hoy, sin vos, no significa nada.


sábado, 18 de agosto de 2012

Cartas en sepia I

Soñé con vos. Me desperté llorando porque eso no era realidad y me puse a pensar en la pelea que desencadenó el final. Y lloré más aún porque no solo te di la razón, sino que me puse en tu lugar y sentí la puñalada por la espalda.
Que egoísta que fui. Entiendo que no puedas mirarme a la cara. Tampoco merezco que lo hagas.
También descubrí que tu amor por mi fue más fuerte de lo que yo pensaba. Si no hubiese sido por amor jamás me hubieses regalado ese último cíclope, y ese último beso la noche de la despedida.
Merezco cada una de las trece noches de dolor y todas las noches que van a seguir a esta; merezco ese llanto que me desarma; merezco este estómago cerrado. Merezco cada uno de los instantes en que te pienso.
Merezco todo eso, pero a pesar de todo, simplemente te amo, así de imperfecta, así de egoísta, te amo.

P/D: soñé que te daba explicaciones absurdas, y así, como la noche en que nos vimos por primera vez, tapaste mis palabras con un beso y dijiste te amo.

viernes, 17 de agosto de 2012

Mis manos

Hace un instante, mirándome las manos me di cuenta de lo insignificante que son las cosas.
Como todo termina y comienza en una mano.
Esa mano que tantas veces acarició, secó lágrimas, golpeó paredes y sintió dolor, hoy está vacía.
Cada linea agrietada de mi mano dibuja caminos, entrecruza un pasado y pretende dibujar un futuro.
Nunca me había detenido tanto a mirarme las manos.
Cada dos líneas de este texto paro un instante a mirarlas, a revisar sus marcas y descubro que mis manos están llenas de lunares.
¿Serán medallas de batallas ganadas?
Considero que no son unas manos hermosas, pero me dieron muchas alegrías en estos años.
Hemos jugado juntas, caminando por donde nos dejaron entrar, hasta tuvieron vida propia y adjetivos calificativos que las definieron como impredecibles, desvergonzadas, arriesgadas. Casi pornográficas manos.
Si bien últimamente sólo tiene usos rudimentarios, y básicos para vivir... hoy las choco y digo...¡Un aplauso para mis manos!


jueves, 16 de agosto de 2012

La gota

Mirando al balcón te dije ese poema imitando la voz de Alejandra. Como te gustaba, o que bien que mentías.
Te acordás como la luna ilumina tu cortina y nos hacía ver en sepia?
Que lindo era mirarte como en una foto antigua.
Hoy intento transcribir ese poema en mi cabeza, lo cual no es posible porque nunca lo anoté, pero la idea quedó en algún lugar de mi inconsciente. Ojalá algún día lo veas y lo leas con mi voz de Alejandra.

Rueda por tu mejilla esa gota, esa gota que llega a tu estómago y que juega en tu ombligo.
La tomo entre mis manos, la acaricio despacio y la vuelvo a colocar en tus ojos.
Rueda esa gota por tu mejilla y se desliza hasta tu boca. La tomo con mi lengua y jugamos con la gota.
La gota ya no es gota, tomó un gusto dulce, dulce el sabor de tu boca, esa boca que juega con la mía, esa boca que transforma gotas.

Esta es una primera idea, voy a trabajar en esto, aunque la prosa me queda grande

miércoles, 15 de agosto de 2012

Quizás, para siempre

Y es mi cabeza, la primer extremidad de mi cuerpo la que no deja de pensar. Estoy enferma de dolor.
Increíblemente ella decide no pensarte, aunque no lo logra. Esta nueva batalla de introspección entre mi corazón y mi mente me complejiza, me exaspera, me transforma en lo que nunca conociste de mi.
Y a veces creo que te odio, y luego te amo.
Creo que la estructura que cayó sobre tu cabeza golpeó mucho mas fuerte a tu corazón, y lo volvió insensible.
Ojalá vivas en ese sueño de rencor toda tu vida, porque el momento de despertar puede ser muy duro. En ese momento te vas a dar cuenta que esas manos no son las mías, y que esos besos que ahora das son solo los deseos de volver a morder mi boca.
Ojalá eso no te pase, porque el sueño puede ser realidad, o la realidad puede ser sueño.
Y si necesitas seguir durmiendo, voy a darte tus besos en cada párpado y luego apagaré la luz.
Quizás, para siempre.


domingo, 12 de agosto de 2012

Nauseas

Brota desde lo más profundo de mi ser esa sensación que me paraliza el alma.
No puedo evitar respirar profundo a cada instante porque el aire me juega una triste batalla y no pasa.
Y eso que defino como angustia me provoca nauseas. 
Sobrevivo a pequeñas dosis de alimentos que alguien más pone en mi mesa. Ya no tengo fuerzas para nada.
No me interesa la mañana, los días se hacen más cortos cuanto más duermo. 
Y vivo, vivo en ese momento en que mis ojos se cierran y sueño con ella. Doce horas de placer al soñar con su rostro, tocar sus manos y dejar que bese mi boca y mi espalda...
Lloro el resto de las doce horas que le queda al día, cuando no son lágrimas son opresiones en el pecho, y cuando no es eso, es la mentira de decir que estoy bien.
Bien muerta sería la palabra. ¿Cómo podés sentirte cuando perdiste todo? ¿Cómo podés sentirte cuando te falta el alma?

jueves, 9 de agosto de 2012

la prosa me queda grande

Esta semana perdí al amor de mi vida y además de eso me sentí muerta en vida por primera vez.
Duele mucho más su ausencia al saber que todo paso por un error mio. Me equivoqué.
No suelo escribir en mi blog de esta manera, siempre trato de ponerle poesía a los momentos tristes, pero hoy se hace dificil.
Escribir y leer, algo que siempre fue terápia hoy se volvió fundamental.
Vago de blog en blog, de frase en frase, intentando que las letras me acerquen a su cuerpo, no borren su recuerdo, el sabor de sus besos sanadores de mis penas.
Ella, mi musa inspiradora, la dueña de mis anhelos, la que me llenaba el cuerpo de vida, ya no está y se llevó una parte de mi alma con ella, porque nosotras eramos una.
Mis palabras perdieron fuerzas, las letras se me esfuman por las manos, la prosa me queda grande señores.